Evolución de la escritura para violín sin acompañamiento. Literatura del instrumento y concepción performativa de este tipo de repertorio.

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Antecedentes de J.S. Bach en la literatura para violín solo.

Precursores del trabajo de Bach

Los precedentes de Bach, aunque no alcanzaron la monumentalidad de la sobras de Bach, sí fueron fundamentales en el desarrollo de la escritura para violín sin acompañamiento. Estos precursores abrieron el camino hacia una concepción más autónoma y sofisticada del violín, introduciendo técnicas polifónicas y explorando las posibilidades sonoras del instrumento en obras solistas. Entre estos pioneros, Heinrich Ignaz Franz von Biber, Johann Jakob Walther y Johann Paul von Westhoff son figuras clave que influyeron en la obra de Bach y que, a su vez, contribuyeron a la evolución de la técnica violinística.

Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704) y la Passacaglia

Heinrich Biber fue uno de los primeros en desarrollar una obra significativa para violín solo con su Passacaglia en Sol menor (1676), la cual forma parte de las Sonatas del Rosario o Sonatas de los Misterios. Este ciclo, compuesto en honor a la Virgen María, incluye quince sonatas para violín y bajo continuo, finalizando con la mencionada Passacaglia, una pieza estructurada sobre un ostinato de cuatro notas descendentes que es variado a lo largo de 65 repeticiones, conocido como el bajo lamento, fórmula característica del Barroco . Este diseño descendente anticipa la monumental Chacona de Bach y establece un modelo de variaciones que explora tanto la técnica de acordes como la de arpegios rápidos, características que requieren una gran habilidad técnica y una profunda sensibilidad interpretativa.

En términos pedagógicos, esta pieza es de particular interés, ya que introduce al estudiante en técnicas complejas como el uso de polifonía y el control del sonido.

Johann Paul von Westhoff (1656-1705)

Johann Paul von Westhoff, colega de Bach en Weimar, compuso la Suite para violín sin bajo continuo en 1683 y Seis Suites para violin solo (1696) adicionales descubiertas en 1971. Estas suites, cada una compuesta de varios movimientos de danza como preludios, courantes y gigas, destacan por sus polifonías, uso de dobles cuerdas y demandas técnicas avanzadas. A diferencia de sus coetáneos las dificultades técnicas que concedía a la mano izquierda eran más por las características polifónicas que por el uso de posiciones altas.

Johann Georg Pisendel,

violinista y compositor alemán, fue una figura influyente en la música barroca y un destacado virtuoso de su tiempo. Su Sonata para Violín Solo en La menor, compuesta en 1716, es una obra innovadora que anticipa algunos de los desarrollos técnicos y expresivos que más tarde perfeccionaría Johann Sebastian Bach. En términos pedagógicos, la sonata de Pisendel ofrece una excelente preparación para abordar el repertorio más complejo de Bach, ya que introduce al intérprete en la práctica de sostener múltiples voces y crear contrastes dinámicos en una estructura sin acompañamiento. La Sonata para Violín Solo de Pisendel es un eslabón crucial en la evolución del repertorio para violín solo y demuestra la importancia de los precursores de Bach en la consolidación de un lenguaje violinístico solista autónomo y expresivo.

Arcangelo Corelli (1653-1713),

considerado como uno de los más grandes precursores de la sonata preclásica y el representante por excelencia del concerto grosso, técnica que adquirió debido a las innovaciones de Alessandro Stradella. La música de Corelli ejerció una influencia directa en los compositores alemanes, especialmente en Bach y Händel. Son dignos de mención sus concerti grossi, sus numerosas sonatas a trío (dos violines y violonchelo, bajo continuo), que ocupan del Op.1 al Op.4, y sus doce sonatas para violín y continuo, Op. 5. En cuestiones formales, a Corelli se le atribuye a menudo la exposición más clara de la diferencia entre las variedades de sonata de "iglesia" y de "cámara", y el establecimiento de cuatro movimientos como norma en ambos. Existe evidencia del estudio que hizo el joven Bach de muchas de estas obras y la utilización que hizo de ellas como fuente de inspiración, en especial durante los años de organista en Weimar (1707-1714), tomando prestado material temático de otros compositores (Corelli, Albinoni...) para ejercitarse en el arte del contrapunto.

Georg Philipp Telemann (1681-1767)

Su colección de Fantasías para violín solo TW40:2-13 forman una obra clave para el repertorio del violinista.  Son coetáneas a las Sonatas y Partitas de Bach aunque publicadas en 1735. Es posible, que ambos autores se influyeran recíprocamente en la composición de sendos trabajos, supuesto respaldado por la relación de amistad que existía entre ambos.

Las 12 Fantasías suponen en el ámbito pedagógico un recurso clave para la preparación previa del alumnado para abordar la obra de Bach. Los movimientos que la conforman tienen cierta similitud con aquellos de las Sonatas y Partitas de Bach. Seis de estas fantasías contienen fugas.

Influencia de los Tratados en el Desarrollo de la Polifonía en Instrumentos de Cuerda

Es relevante destacar la influencia de tratados teóricos de la época en el desarrollo de la polifonía en instrumentos de cuerda frotada. Escritos como el de Diego Ortiz, titulado Tratado de glosas (1553), centrado en el arte de ornamentar la música para viola da gamba, ofrecían una guía detallada sobre la improvisación y ornamentación. Estos tratados fueron utilizados por los intérpretes de la época para enriquecer la expresividad y el virtuosismo de las interpretaciones solistas, influyendo también en los violinistas y en la evolución de un lenguaje polifónico adecuado para el violín .

Con estos antecedentes, el violín comenzaba a desprenderse de su rol secundario de doblar voces y acompañar líneas melódicas, asumiendo una función protagónica como instrumento solista. Este paso fue esencial para la creación de repertorios en los que el violín podría sostener una obra completa de manera autónoma, explorando toda su gama técnica y expresiva.

Las Sonatas y Partitas de Bach para violín solo, BWV 1001-1006

Compuestas en 1720, las Seis Sonatas y Partitas para violín solo, BWV 1001-1006, representan uno de los logros más altos en la escritura para violín. Estas obras, divididas en tres sonatas da chiesa (de estructura lenta-rápida-lenta-rápida) y tres partitas o suites de danzas, muestran el dominio técnico y la profundidad expresiva que Johann Sebastian Bach (1685-1750) alcanzó en la música para instrumentos de cuerda. Se ha dicho que las Sonatas y Partitas actúan como un manifiesto de la autonomía del violín, al incluir pasajes polifónicos y técnicas de múltiples voces que revolucionaron la interpretación solista en su tiempo. El estilo

Contexto Histórico y Composición

Bach compuso estas obras durante su estancia en Köthen, un periodo en el que gozaba de mayor libertad creativa debido a su rol como Kapellmeister al servicio del príncipe Leopold. La tendencia religiosa del príncipe era calvinista, por lo que al no hacer uso de música en su adoración permitió que el compositor pudiera dedicarse a la música secular, que por entonces era principalmente instrumental. De esta etapa destacan las “Suites para violonchelo” y los “Conciertos de Brandemburgo”. En esta etapa, Bach produjo algunas de sus obras más significativas para instrumentos de cuerda, incluyendo las Sonatas y Partitas. Este conjunto no solo representa una exploración de las capacidades técnicas del violín, sino también una meditación personal y emocional. De hecho, se sugiere que la célebre Chacona de la Partita No. 2 en Re menor (BWV 1004) podría haber sido una expresión de duelo tras la muerte de su primera esposa, Maria Barbara.

Estructura y Características Técnicas

Cada una de las sonatas y partitas presenta una serie de desafíos técnicos y estilísticos que exigen una preparación avanzada, convirtiéndolas en piezas clave dentro de la pedagogía violinística. Las sonatas, con su estructura inspirada en el modelo de la sonata da chiesa, se centran en movimientos lentos introspectivos seguidos por rápidos fugados, en los cuales el violín debe proyectar líneas contrapuntísticas complejas, debiendo elaborar con solvencia la conducción del sujeto . En este sentido, la Sonata en Sol menor (BWV 1001) y su fugado en el segundo movimiento son un desafío polifónico, pues el violinista debe hacer audibles varias voces de manera simultánea, lo que requiere un control preciso del arco y una gran habilidad en el manejo de las dobles y triples cuerdas.

Las partitas, en cambio, adoptan la estructura de suite, con movimientos de danza que alternan ritmos y estilos. La Partita en Re menor (BWV 1004) incluye la famosa Chacona, que consta de 64 variaciones sobre un bajo ostinato. Esta obra es considerada la "piedra angular" del repertorio para violín solo, demandando una intensa expresividad y un dominio completo de la técnica violinística. La Chacona permite al violinista explorar el sonido en su máxima extensión, exigiendo cambios constantes de articulación, dinámica y técnicas avanzadas como los acordes cuádruples .

Perspectiva Interpretativa y Relevancia Pedagógica

Desde una perspectiva pedagógica, las Sonatas y Partitas son piezas esenciales en el repertorio de estudiantes avanzados y profesionales. La interpretación de estas obras permite desarrollar la técnica de dobles cuerdas, la claridad en el fraseo polifónico, y una comprensión profunda de la estructura musical. La ausencia de indicaciones dinámicas en el manuscrito original da libertad al intérprete para tomar decisiones que reflejen su propia comprensión y sensibilidad hacia la obra, lo cual es una excelente oportunidad para que los estudiantes desarrollen su criterio interpretativo.

En particular, la Chacona de la Partita en Re menor es frecuentemente utilizada en estudios de posgrado y conservatorios como un criterio de evaluación del nivel técnico y expresivo del violinista. Además de la exigencia técnica, esta pieza representa un reto a nivel interpretativo por su carácter solemne y su compleja estructura. Los profesores de violín suelen sugerir a sus estudiantes enfoques específicos para controlar la tensión del arco y la distribución del peso en las dobles y triples cuerdas, elementos que resultan clave para una ejecución convincente de esta obra .

La Influencia de las Sonatas y Partitas en el Repertorio Solista

Las Sonatas y Partitas no solo son el centro del repertorio para violín solo, sino que también sirvieron de inspiración para generaciones posteriores de compositores, como Eugène Ysaÿe, quien compuso su propio ciclo de seis sonatas para violín solo (Op. 27), inspirado en la obra de Bach. Este legado influenció tanto la técnica como la estética en el desarrollo del repertorio solista, abriendo una nueva dimensión de posibilidades creativas en la escritura para violín sin acompañamiento.

Las ediciones

Es conveniente abordar la interpretación con cierto enfoque historicista a pesar de tener una concepción propia acerca de la convención o enfoque más adecuado, pero no se puede dejar de lado conocer las técnicas compositivas e interpretativas de la obra. Por este motivo, ciertos criterios deben ser tenidos en cuenta a la hora de emprender el estudio en niveles superiores como la consulta del manuscrito, conocer perfectamente las formas de danza que componían la suite, trabajar sobre la edición Urtext que nos ofrezca una buena base sobre la que tomar decisiones. Además otras actividades más complejas como consultar investigaciones de tipo historicista deben ser tenidas en cuenta si queremos llegar a transmitir una base sólida para entrar en la complejidad de la interpretación de la obra de Bach.