Orígenes e historia del violín
1. Antecedentes
El Ramayana, texto épico hindú del s.III a.C. atribuido a Valmiki, recoge el uso en aquel tiempo del ravanahatha o ravanastrón, un instrumento de cuerda interpretado con arco y fabricado con una calabaza o un cilindro ahuecado de madera y recubierto con piel animal para la caja de resonancia y para el mástil se colocaba una caña de bambú, era interpretado por músicos de la calle. Fue entre los siglos VII y X cuando los comerciantes árabes trajeron el ravanastron de la India a Oriente Próximo, donde proporcionó el modelo básico para el rebab árabe y otros antepasados tempranos de la familia del violín. Aunque se ha sugerido como antecesor del violín, otros textos y representaciones de la iconografía nos llevan a pensar que la aparición del primer violín tiene lugar en Asia central a lo largo del siglo IX, y que se expande a lo largo del este y oeste de la ruta de la seda. Dichos escritos del siglo X citan el Morin Khuur de Mongolia (instrumento de dos cuerdas y caja de resonancia cuadrada que se toca apoyado en las piernas) y el Kamanché (instrumento tradicional del Cáucaso), así como algún otro derivado de este último y localizado en Irán, como los primeros orígenes de los instrumentos de cuerda frotada.
Ya en el siglo XI, la iconografía europea y asiática (este) recogen violines con diversas formas y características. En un sentido amplio, podemos decir que existen cuatro categorías que apuntan a los antecesores inmediatos del instrumento: el rebec, las fídulas medieval y renacentista, la lira da braccio y las violas da braccio.
El rebec fue adoptado (como el laúd al que se parece) de la cultura morisca. Su cuerpo de media pera era originalmente una talla en madera en un solo bloque, con piel animal animal para formar la caja de resonancia.